El largo viaje de Sigurdsson...

Esta temporada se ha invertido una tendencia que convertía al Ademar en la cenicienta de los 4 grandes del balonmano español, y es que, aunque se han ido jugadores importantes, los que han llegado tienen una calidad incuestionable. Estoy pensando, por ejemplo, en Mateo Garralda, en Danijel Saric, en Claus Jakobsen y, sobre todo, en Sigfus Sigurdsson. Hoy me voy a detener en el pivote islandés, un auténtico icono en Magdeburgo y uno de los jugadores más carismáticos de Europa. Su fichaje por el Ademar fue el más comentado en el foro, pero casi nadie conoce bien el largo viaje que ha tenido que hacer Fusi (como se le conoce popularmente) hasta llegar a León.

El viaje comienza en su Islandia natal... Jugando en el Valur Reykjavik se hace un nombre en el mundo del balonmano, y sus excelentes condiciones físicas y técnicas le permiten fichar por el Teka Cantabria español. Según confesaría en 2002 a un medio alemán, en Santander llegó a beber entre 2 y 3 litros de vodka o ron y a fumar 2 o 3 paquetes de cigarrillos... ¡¡al día!! El jugador llegó a pesar 160 kg, y fue despedido solo 6 meses después de su fichaje. Tenía 23 años y acababa de tocar fondo.

De vuelta a casa su madre tomó cartas en el asunto, y reunió a su padre, a Porbjörn Jensson (seleccionador islandés), a un psicólogo y al mejor amigo de Sigfus. Fue su madre la que tomó la palabra, y lo hizo para decirle a su hijo que tenía 3 opciones:

- Seguir como hasta entonces; si decidía hacer eso ninguno de los presentes volvería a dirigirle la palabra.

- Someterse a una cura de desintoxicación y recibir el apoyo de todos ellos.

- Irse al monte y pegarse un tiro.

El propio Sigurdsson asegura que la tercera opción le pareció la más acertada, aunque lo pensó mejor tras echar un vistazo a su alrededor: se sentía en deuda con sus padres, con sus amigos y con el mundo del balonmano. El 11 de enero de 1999 comienza su cura de desintoxicación... Tras dos semanas internado en un hospital se le permite mudarse a un apartamento compartido en una comunidad vigilada y comienza a asistir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos... No volverá a jugar a balonmano hasta octubre de 2000.

En su vuelta a una cancha arrastraba aún problemas de sobrepeso, y sus andares indolentes hacían dudar al más optimista; era difícil imaginar que solo dos años antes equipos de toda Europa se hubieran afanado en su contratación. Pese a todo Sigurdsson va mejorando poco a poco y comienza a ser un habitual en los partidos de Liga. En mayo de 2001 recibe una noticia inesperada: Gudmundur Gudmudsson, nuevo seleccionador de Islandia, ha decidido convocarlo de nuevo. Fueron muchos los que se preguntaron qué pintaba esa bola de sebo en el equipo nacional, pero el seleccionador dio la cara por el jugador en todo momento, y Sigurdsson respondió de la mejor manera posible: hizo 16 goles en dos partidos frente a Bielorrusia... Su nombre comenzaba a sonar con fuerza otra vez; con tanta fuerza que en la temporada 2002/03 es fichado por el SC Magdeburg que se había proclamado campeón de Europa solo unos meses antes. Tiene 27 años, y tras su paso por el infierno tiene abiertas las puertas del cielo. De su pasado solo quedan su pasión por el café (puede beber hasta un litro diario) y por el chocolate. También fuma, aunque no como lo hacía antes.

En Magdeburgo se convirtió en uno de los jugadores más queridos por la grada, y tras 4 años en uno de los mejores equipos europeos (jugando hasta 160 partidos oficiales) las circunstancias traen a este luchador a León. Seguro que a lo largo de esta temporada podremos dedicarle más de una saga... Termino con un vídeo que demuestra el carácter del islandés; tras ser expulsado en un partido frente al Gummersbach no se le ocurrió nada mejor que ver el final del partido entre la afición del rival, donde se hinchó a firmar autógrafos mientras comentaba el partido. Genio y figura:

Sigurdsson, expulsado


Vía: Fusi-69.com, la mejor página para acercarse a la trayectoria vital y deportiva de Sigfus Sigurdsson.